Los influencers virtuales, siguen ganando terreno en la competencia por ser la imagen de las marcas más conocidas en el mundo y, aunque muchos no saben de su existencia, los perfiles más importantes de estos humanos de ficción, acumulan miles y hasta millones de seguidores.
¿Qué es un influencer virtual?
Básicamente estamos hablando de una persona virtual, que ha sido creada como una marca, un perfil de una red social con una imagen humana que no es real. Un influencer virtual tiene todas las características de un ser humano que logra alcanzar la fama en las redes sociales.
La gran diferencia es que tiene todo un equipo de especialistas en varias materias que están detrás de cada una de sus opiniones y decisiones, haciendo mucho más efectiva la manera en que se relaciona con los Milenials y la Generación Z, por ejemplo, y con la audiencia en general.
Un influencer virtual tiene una vida que, aunque ficticia, es exactamente igual a la que cualquier influencer humano pueda mostrar. Van a fiestas, conocen personas, cuentan anécdotas e incluso tienen opiniones muy bien definidas sobre diferentes temas de sensibilidad social, cosa que los hace conectar con los seres humanos.
¿Qué lleva a las marcas a confiar en ellos?
Definitivamente la sensación de control que la marca puede percibir sobre el rumbo de la “vida” virtual de estos personajes, es la clave que genera un alto nivel de confianza en ellos. El “story telling” por ejemplo, es fundamental para poder alcanzar determinadas audiencias y poder conectar con ellas.
Pero el motivo más importante es que los influencers virtuales tienen una vida controlada, que realmente se mantiene alejada de las polémicas y errores que puede cometer cualquier ser humano normal y que podrían afectar negativamente la imagen de una marca.
¿Quién está detrás de ellos?
Aunque cualquiera, en teoría puede crear a un influencer virtual, los más relevantes son manejados por importantes agencias de publicidad y básicamente son marcas creadas para promocionar otras marcas y su objetivo es acumular muchos seguidores reales en los que pueden influir y así orientar sus decisiones de compra
¿Por qué las personas conectan con humanos virtuales?
La respuesta a esto es bastante sencilla, según expertos en el área a las personas les importa más el contenido que las personas que los generan, así que, aunque pueda sonar como un cliché… el contenido sigue siendo el Rey.
Estos influencers virtuales, son especialistas en llevar a sus audiencias a conseguir “eso” que ellos están buscando, con un enfoque mucho más técnico que emocional, más analizado y pensado para su consumo y esta es la fórmula de su éxito.
¿Cuáles son los más reconocidos?
Sin duda la reina del baile es la influencer virtual Lil Miquela, que cuenta en su perfil de Instagram con más de 1.9 millones de seguidores y ha sido imagen de importantes marcas como Calvin Klein, para quien protagonizó un comercial junto a la Top Model Bella Hadid.
Miquela también es imagen de Spotify por ejemplo y de Balmain, que pidió a Cameron-James Wilson (el artista de origen británico) que diseñara una colección de modelos dijitales para ella.
Este no es un mercado dominado solo por chicas virtuales, David Backpacker es otro de los que encabeza la lista; en su perfil de Instagram se puede apreciar que es un joven original de Málaga España, tiene 25 años y se define como un “Virtual human”.
Con 197 mil seguidores en Instagram Shudu, “The World’s First Digital Supermodel”, también puntea la lista de los influencers virtuales más importantes del mundo.
¿Y los influencers reales?
Los expertos consideran que los influencers de carne y hueso no consideran a estos nuevos competidores virtuales como una verdadera amenaza, y que lo más probable es que ambos tipos de influenciadores puedan convivir juntos en este “ecosistema digital” sin mayores problemas.
Sin embargo, la directora del máster de Social Media Branding de La Salle-URL Gemma Vallet, considera en cuanto a los influencers virtuales que:
“Estos son canales de comunicación que van a mantenerse porque son mucho más medibles por parte de las compañías” y que se debe tomar en consideración que “un post de Lil Miquela puede superar los 100.000 me gusta y sus vídeos el millón de visualizaciones. Hay que reconocer que detrás hay unos estudios fantásticos de los arquetipos y los estereotipos que más atraen a los jóvenes, para lograr el mayor engagement posible, con modelos muy exóticos, muy estudiados y muy sofisticados”.