El consejo de la GSMA, la organizadora del evento, se reúne el viernes para decidir si cancela o no la edición de 2020, sumándose al engrosado listado de bajas Intel, Rakuten Facebook, Cisco, Sprint y AT&T.
Tenemos nuevo episodio en el culebrón del Mobile World Congress de este año. Y es que el goteo de bajas no para de subir. Esta vez se debe a la cancelación por parte de Rakuten, Intel, Cisco, Facebook, AT&T, Sprint y la española Telnet, que se unen a las ya anteriores, como LG, Ericsson, Sony, Amazon o NTT, para sumar ya más de una veintena. Aún más destacable si tenemos en cuenta que las compañías americanas AT&T y Sprint y la japonesa NTT son miembros del consejo de la GSMA.
Por lo que la empresa organizadora del Mobile World Congress, GSMA, reunirá este viernes en Barcelona al consejo general ordinario de la empresa para valorar si cancela o no la celebración del congreso, prevista para el 24 hasta el 27 de este mes en la ciudad condal.
El miedo al coronavirus pone en jaque el MWC
La situación es crítica después del constante incremento de grandes empresas que han anunciado que no asistirán al evento por miedo al posible contagio del coronavirus, originado en la provincia de Hubei, en China.
De nada ha servido el comunicado que ofreció GSMA el pasado lunes tras confirmarse la ausencia de Amazon, como ya informamos desde este medio, en el que trataba de tranquilizar a los asistentes y expositores y que además de todas las medidas de salud y seguridad implementadas, como prohibir la entrada de todos los que hubieran estado en la provincia de Hubei o controlar de forma constante la temperatura de todos los asistentes, se estaba cooperando con instituciones públicas y diversas agencias para celebrar una nueva edición del MWC sin problemas.
Gobierno y Govern resisten mandando mensajes de calma e insistiendo en la viabilidad de organizar el MWC
Este congreso supone 492 millones de euros y contó con la asistencia de 2.400 empresas el año pasado, por lo que es muy importante para la economía de Barcelona. Y es por eso que, tanto las autoridades nacionales como las catalanas intentan tranquilizar a los asistentes y reiteran que la ciudad condal está preparada para su organización.
De hecho, la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, pidió que se dimensione “adecuadamente la realidad de lo que sucede”, con el fin de “no alentar una situación, en la que la desinformación impida hacer un adecuado diagnóstico y se terminen provocando daños”.
Por su parte, la portavoz de la Generalitat, Meritxell Budó, recordó que no existe “ninguna recomendación por parte de ninguna autoridad sanitaria” de que no se celebren grandes eventos como el Mobile, aunque matizó que deben ser los organizadores los que decidan si se celebra o no el evento y no el Govern.
La cancelación del evento supondrá costes millonarios
El gasto de las empresas participantes (expositores, entradas al MWC, viajes, dietas, hoteles y presentaciones) asciende a cerca de 500 millones de euros, según fuentes del sector. Además, del elevado coste que supone alquilar un espacio en la Fira, donde el montante por metro cuadrado de stand asciende hasta los 1.200 euros, por lo que las pérdidas se elevarían 150 millones más al conjunto de pérdidas total. Por ejemplo, las ausentes Ericsson y Facebook reservaron 6.000 y 1.200 metros cuadrados respectivamente.
La cancelación también afecta a las entradas para los asistentes, que tienen un coste de entre 799 y 4.999 euros, para el evento que se celebra en dos recintos, la Fira Gran Vía y la Fira Montjuïc. También se perderían las subvenciones públicas, pues ya solo el Ministerio de Economía aporta cada edición cinco millones de euros en modo de ayuda pública.
A su vez, los seguros no cubren las pérdidas causadas por el temor al coronavirus, en especial cuando no hay declarada ninguna alerta sanitaria, así que los costes deben ser asumidos totalmente por las empresas que deciden no acudir. Y no se sabe si la organizadora GSMA, podrá hacer frente a las indemnizaciones que soliciten el resto de empresas que mantengan su presencia en caso de que el viernes cancele oficialmente el evento.
Ante esta situación, no se descarta un aplazamiento del congreso a primavera, que permitiría una renegociación en las reservas de espacios y un ajuste de los costes totales, derivados de las infraestructuras para organizar el evento y de los propios de las empresas participantes.