Las nuevas generaciones prefieren usar elementos animados de comunicación instantánea con un punto de sátira, asegura el experto en comunicación social Pavel Sidorenko.
Con motivo de la celebración este domingo del Día Mundial del Emoji, este profesor en Comunicación Transmedia de la Universidad Internacional de La Rioja ha analizado la evolución de estos pequeños iconos digitales y las diferencias intergeneracionales en su uso.
De origen japonés -la «e» significa dibujo y «moji» carácter, signo de escritura- este término fue elegido palabra del año en 2019 por la Fundación del Español Urgente FundéuRAE, promovida por la Agencia Efe y la Real Academia Española (RAE).
La cara de risa con lágrimas
Los emojis facilitan la comunicación no verbal dentro de un texto computacional, explica Sidorenko, y «llenan el vacío del texto para matizar una idea, suavizarla, completarla o enfatizarla».
En los años 80 del siglo XX ya se comenzaron a utilizar emoticonos, que son expresiones emocionales creadas a partir de signos de puntuación, como «:-)», «;-)» o «:-(«.
Sin embargo, hasta 1999 no se crearon los emojis con caracteres Unicode, con pequeñas figuras en color para definir emociones, objetos o ideas que actualmente se ha expandido en ocho categorías (caras y personas; animales y plantas; comida; deportes; vehículos y casas; objetos; signos y números; y banderas).
Con el auge de los teléfonos inteligentes, en los últimos años se ha extendido el uso de los emojis «como un recurso más en el proceso de comunicación multimodal, con especial utilización en las redes sociales«.
La cara de la risa con lágrimas, llamada oficialmente «Face with tears of joy», es el emoji más usado en todo el mundo, aunque si no se conocen bien los códigos, pueden producirse «malentendidos entre generaciones», ya que algunos usuarios senior han llegado a enviar este dibujo para expresar pena, apunta este experto.
Ante las dudas, cualquier usuario puede consultar qué emoji es el más adecuado para expresar una idea o emoción en web «www.emojitranslate.com».
También emplean algunas frutas, como la berenjena, el melocotón y las cerezas, con connotaciones sexuales, para burlar la censura en algunas redes sociales; y ha habido campañas para agregar nuevos emojis, como la paella; definir la diversidad racial, ser más inclusivos con la discapacidad y adaptarlos a la idiosincrasia de cada país.
Para evitar el belicismo, el revólver se sustituyó por una pistola de agua, mientras que la pandemia de la covid-19 también contribuyó a modificar el icono de la jeringuilla para simbolizar la vacuna, porque Unicode -el consorcio que regula los emojis- está en «constante monitoreo de la actualidad para realizar las actualizaciones».
Del emoji al ‘Stiker’
Así, en la última década, los emojis se han convertido en un «elemento transversal» de comunicación para todos los segmentos de usuarios, aunque los más jóvenes, como la generación Z (nacidos entre 1994 y 2010), prefieren el uso de elementos con más movimiento.
Estos centennials ven con «desprecio» el emoji y no lo utilizan, advierte; y estos jóvenes creen que los milennials (la generación Y, nacida entre 1981 y 1993) y la generación X (entre 1969 y 1980) los usan demasiado en sus mensajes.
Por ello, los centennials han sustituido los emojis por los «stickers» en sus conversaciones en las aplicaciones de mensajería y emplean un código de comunicación «basado en la sátira», por lo que prefieren estos iconos que se asemejan más a los «meme», pero tienen movimiento.
Detrás de la generación Z llega la Alfa, que son la cohorte demográfica nacida a partir de 2010, muchos de ellos niños aún sin teléfono móvil, pero que utilizan desde hace años soportes digitales y son usuarios habituales de juegos como Minecraft o Roblox, puntualiza, por lo que «ya están dentro del incipiente metaverso».