El gran apagón del 28 de abril dejó al descubierto la fragilidad de la conectividad digital en la Península Ibérica

El gran apagón del 28 de abril dejó al descubierto la fragilidad de la conectividad digital en la Península Ibérica

Un fallo en la red eléctrica española desató el pasado 28 de abril una cadena de interrupciones que afectó a millones de personas en España, Portugal y, en menor medida, a zonas de Francia y Marruecos. El corte, iniciado a las 10:34 UTC, provocó la paralización del transporte, el cierre de comercios y la suspensión de numerosos servicios. Las consecuencias digitales fueron inmediatas, como recoge el análisis realizado por David Belson, responsable de datos de Internet en Cloudflare Radar.

Según Belson, en Portugal el tráfico de Internet se redujo hasta un 90 % respecto al mismo periodo de la semana anterior, con caídas similares observadas en España, donde el descenso del tráfico rondó el 80 % en las cinco horas siguientes al incidente. Estos datos fueron extraídos del análisis de tráfico a través del solucionador DNS 1.1.1.1 de Cloudflare y de los sistemas autónomos de los principales operadores de red de ambos países.

Caídas de red y calidad de conexión deteriorada

El informe de Cloudflare también refleja una pérdida drástica de tráfico en operadores clave como MEO, NOS y Vodafone en Portugal, así como Telefónica, Orange y Digi en España. La desconexión afectó tanto a las redes fijas como a las móviles. De hecho, el tráfico de algunos operadores móviles aumentó momentáneamente mientras los usuarios intentaban informarse a través de sus teléfonos, pero también se desplomó horas después.

La calidad del servicio también se vio comprometida. Belson señala que en Portugal la velocidad media de descarga cayó de 40 Mbps a 15 Mbps, mientras que la latencia pasó de 20 ms a 50 ms. En España, los valores fueron similares: las velocidades se redujeron casi a la mitad, y la latencia se duplicó.

Reducción en el espacio de direccionamiento IP

Como consecuencia directa del apagón, se produjo una disminución en el número de bloques de direcciones IP visibles en Internet. En España, el número de bloques IPv4 anunciados cayó un 2,4 %, y los de IPv6, más del 8 %, lo que indica que una parte de la infraestructura de red dejó de ser accesible desde el exterior.

Un apagón eléctrico con ecos digitales

El impacto del apagón se extendió más allá de la Península. Orange Maroc reportó cortes en sus conexiones internacionales, y algunas regiones de Francia mostraron ligeras caídas en el tráfico, aunque la recuperación fue más rápida.

Este tipo de eventos pone de relieve la interdependencia entre los sistemas eléctricos y las redes digitales. La resiliencia de Internet no solo depende de las infraestructuras de red, sino también de la estabilidad del suministro energético que las sostiene. La monitorización en tiempo real de plataformas se convierte en una herramienta clave para entender cómo responden las redes ante fallos de gran escala y para diseñar respuestas más eficaces en el futuro.

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