Nadie necesita que le expliquemos cuánto han subido los precios en los últimos meses, ya no sólo los de la canasta básica, que son los que más sufrimos, sino también los de estos productos o servicios que queremos consumir o contratar, cada vez más caros.
De hecho, el Índice de Precios de Consumo -IPC- subió un 1,9% en junio en relación al mes anterior y disparó su tasa interanual un 1,5% hasta el 10,2%, lo que evidentemente tiene un efecto negativo en la forma en que compramos los consumidores nacionales.
¿Qué tendencias se vislumbran por la crisis?
Al igual que en el resto del mundo, una de las consecuencias directas de la inflación es que se ha achicado la canasta de la compra, dando lugar a un evento de comunicación y mercadotecnia que se conoce como «marketing de la escasez«, para estas situaciones.
Por otro lado, cada vez más españoles compran artículos de segunda mano y ha crecido la cantidad de los que se decantan por las marcas blancas, procurando ahorrar un poco en aquellos artículos en los que no solíamos fijarnos cuánto gastábamos al final del mes.
Llenar el carro: 15,2% más caro, 830 euros más al año
Por citar un ejemplo, la cadena de supermercados Dia comunicó recientemente su balance del primer semestre del año, donde muestran que el consumo de su marca blanca representó un 51,7% del total de ventas en la mitad inicial del 2022.
Por otro lado la OCU, la Organización de Consumidores y Usuarios, advierte que la inflación provocará un gasto de 830 euros más al año para una familia media, según consta en uno de sus últimos informes, en el que denuncian que llenar el carro es un 15,2% más caro.