No hace mucho se afirmaba que los medios de comunicación entienden que su salvación depende de dos factores específicos. Por un lado, la publicidad y, por otro lado, esos servicios que puedan comercializar a través del método de suscripciones.
En dicho contexto, El PAÍS acaba de anunciar que ha alcanzado un importantísimo registro, los 250.000 suscriptores. Estos consumen a diario sus contenidos, al entender que vale la pena pagar por acceder a publicaciones que, de otra manera, estarían limitadas para ellos.
El propio medio así lo indicó en un comunicado de prensa en el que ofreció algunos detalles con respecto a este logro, destacando que crecen «a un ritmo por encima del mercado durante los últimos meses», dos años y medio después de lanzar este modelo único.
La luz al final del túnel para un medio tradicional
«Los últimos tres lustros han sido un camino pedregoso y oscuro para los diarios impresos», indican en la nota oficial, recordando que, tanto los anuncios, como las ventas cayeron notablemente tras la crisis de 2008, y lo que les ha costado recuperarse desde allí.
Enfrentando «la pérdida de credibilidad de los medios», de la que culpan a las redes, sus representantes aseguran que hoy ven «una luz al final de ese túnel, más o menos intensa según los distintos mercados y las características de cada medio«.
En este sentido, parece que las últimas decisiones de su cúpula directiva han surtido efecto, con cierto acercamiento al público joven o que valoran nuevos modos de comunicación, como, por ejemplo, con su podcast de actualidad, Hoy en EL PAÍS.
