El Managing Director de CARAT, Antonio Arizon, y el Data & Tech Lead, Alberto García, han presentado hoy en el auditorio principal del Digital Enterprise Show 2021 la ponencia “Expect the Unexpected”, en la que han expuesto las principales conclusiones del informe ‘Consumer Vision 2030’.
En dicho informe se recogen las grandes tendencias y una perspectiva a largo plazo de los factores que las marcas deberán tener en cuenta para comprender mejor los cambios en los hábitos y las expectativas de los consumidores para impulsar sus resultados de negocio.
Así, la denominada inteligencia inclusiva será imprescindible para que las marcas puedan adaptarse a los nuevos valores, a generar la identidad y a garantizar que se incorporen a sus relaciones con los consumidores, según los expertos. Esto es debido a que los consumidores están cada vez más motivados por una amplia gama de valores, creencias y fuentes de identidad, por lo que las formas tradicionales de analizar y segmentar a las personas requerirán una revisión radical.
En este sentido, la inteligencia inclusiva permitirá a las marcas decidir qué valores van a presentar y cuál es la mejor manera de actualizar sus herramientas para demostrar su compromiso y alinearse mejor con las nuevas necesidades y expectativas de sus potenciales clientes.
Consumidores o activistas
La opinión de los expertos es que a partir de ahora las marcas tendrán que volver a considerar a los consumidores como activistas, guiados por una amplia gama de intereses y causas en su toma de decisiones, desde el cambio climático hasta la privacidad de los datos y las nuevas definiciones de identidad.
Para las marcas será fundamental demostrar su compromiso; tanto es así que la inacción en este campo será considerada por los consumidores como una negligencia inaceptable. Como ejemplo, siete de cada diez personas piensan que de aquí a 2030 las marcas serán sancionadas con multas o altos impuestos si no logran reducir su impacto ambiental. Tal y como aseguró Arizon, “el capitalismo no va a entender exclusivamente de valores económicos, el compromiso va a ser uno de los drivers de crecimiento de las empresas”.
De la misma manera, otro concepto fundamental será el de la identidad, que irá evolucionado por encima de la raza, el sexo o el género, para incorporar valores relevantes como, por ejemplo, las actitudes hacia la sostenibilidad, los derechos de las minorías y la problemática urbana. Estos valores darán a los consumidores un nuevo sentimiento de pertenencia e identidad que las marcas tendrán que aprender a utilizar con todas las precauciones.
El impacto social de la tecnología
En otra línea, en la ponencia de Arizon y García también se señaló la importancia de los avance tecnológicos. En este sentido, dos tercios de los consumidores esperan que las empresas, en los próximos cinco a diez años, usen la tecnología de un modo que tenga un impacto social más amplio, lo que obligará a las marcas a priorizar la democratización de las mejoras en la calidad de vida.
Al hilo de esta cuestión, García sostenía que «la tecnología no debería generar más desequilibrios, sino reducirlos», por lo que las marcas deberán adaptarse creando nuevas formas de comunicarse a través de los sentidos, más allá de la vista y el sonido.