Aunque el uso de la tecnología ha mejorado la vida de muchas personas, hay que reconocer que ha sido a costa de sacrificar la privacidad de los usuarios. Y es que, las condiciones del uso de datos no están del todo claras en Internet.
Por ejemplo, el reconocimiento facial es cada día más preciso, por lo que es una ventaja para diferentes organizaciones e incluso para el gobierno a la hora de comprobar identidades o atrapar criminales. En este sentido, el gobierno de Francia ha anunciado un programa nacional de identificación de reconocimiento facial y el FBI ya lo está usando para detener inmigrantes sin papeles.
A pesar de que la finalidad de estos servicios es velar por la seguridad y protección de las personas, la privacidad es un tema delicado que no convence del todo. La percepción de la tecnología sigue siendo invasiva, especialmente en el sector de la publicidad y el marketing, sin embargo cada vez se acerca más el día en que los usuarios acepten las condiciones que conlleva usarla.
En concreto, el 65% de los adultos estadounidenses confía en que las fuerzas del orden usen la tecnología, al menos de manera responsable, según indica un estudio realizado por Pew Research Center.
No obstante, las opiniones no se mantienen igual en el sector de la publicidad, ya que los usuarios no están del todo conforme con esta técnica. Específicamente, el 54% de los clientes no ve con buenos ojos que los anunciantes usen el reconocimiento facial para medir las reacciones de las personas con los anuncios que emiten.
Por otra parte, otro estudio realizado por The Brookings Institution ha desvelado que la mayoría de los usuarios estadounidenses aceptan el uso de identificación de rostros en aeropuertos, estadios y escuelas, pero enfocado hacia la seguridad.
En cambio, en cuanto al uso en tiendas minoristas para evitar robos, tan solo el 27% estaba de acuerdo. Siguiendo el hilo, un estudio realizado por Gartner explica que más del 70% de los consumidores estadounidenses y británicos se sentían cómodos con la Inteligencia Artificial como compañera de rutina.
Pero aun así, el 63% no quería que la Inteligencia Artificial se adentrara en su privacidad y estableciese la «escucha activa» para aprender más sobre ellos y poder aportar recomendaciones más personalizadas.
La tecnología está en continuo desarrollo y cada día nacen nuevas soluciones que los usuarios van aceptando poco a poco. Por ejemplo, Google se ha puesto las pilas y ha presentado un nuevo chatbot que permite una charla fluida. Este chatbot es Meena.