El uso de los plásticos es un tema que preocupa a los consumidores y que no ha dejado de tener importancia incluso en los meses de pandemia, cuando la mayoría de las conversaciones giraban en torno al Covid-19.
Justo cuando el movimiento ‘Fridays For Future’ estaba en su momento de gloria por la popularidad que consiguió, el asunto de los residuos de origen plástico se quedó apalancado en la mente del consumidor. De hecho, el tema de la sostenibilidad dejó de ser preocupante para los usuarios en abril, cuando surgió la crisis sanitaria, pero el tema volvió a resurgir entre los meses de mayo y agosto 2020.
Al consumidor le angustia mucho el uso de plásticos y la mayoría lanza esta carga a las marcas, quienes se convierten en las responsables de su reducción. Desde el punto de vista del consumidor, las empresas tienen una mayor obligación incluso que los gobiernos, las ONGs y otros ‘players’ a la hora de velar por el medioambiente, según indica un informe internacional de Brandwatch.
Concretamente, el 54% de los consumidores considera que las cadenas de comida rápida deberían trabajar más para disminuir la generación de residuos plásticos. Mientras que, un 49% cree que son los fabricantes de refrescos los que deberían atajar este derroche de plástico y un 39% se decanta por las marcas de productos de limpieza.
Cabe destacar que, el consumidor no sólo está atento a la producción de plásticos procedente del sector del comercio, sino que también se fija en la clase de actitud que muestran las compañías hacia la sostenibilidad y la protección medioambiental.
En este sentido, más de la mitad de los consumidores piensan que es imprescindible el que las marcas actúen en conformidad con sus principios y valores, los cuales exponen en la sociedad. Aunque se ha machacado mucho el tema de la generación de residuos plásticos, pocas son las empresas que realmente cumplen con los deseos de sus clientes.
Tan sólo una de cada 50 marcas que trabajan en el sector de las bebidas, la comida rápida, el gran consumo y el retail consigue una calificación B, es decir, un notable bajo en términos de sostenibilidad, según indica el informe «Waste & Opportunity 2020» de la ONG As You Sows.
A su vez, el 74% de las compañías directamente no consigue ningún certificado. El deseo de cuidar del medioambiente es tan profundo que, muchos consumidores no se retendrían de pagar más por prendas o productos procedentes de un packaging alternativo al plástico.