«Las marcas de hoy ya no dejan esa huella imborrable a través de los olores», F. Ruiz-Goseascoechea

Las marcas de hoy ya no dejan esa huella imborrable a través de los olores, F. Ruiz-Goseascoechea

¿A qué huelen los recuerdos? Esta es la pregunta sobre la que gravitan las reflexiones del periodista, consultor de comunicación y escritor Fernando Ruiz-Goseascoechea en su última publicación, la cual se centra en explorar las marcas que han ido dejando huella en los consumidores a través de los sentidos.

El nuevo libro, publicado por Diábolo Ediciones y que llega después de su anterior obra «Los sabores de la memoria» (2018), ha destacado el sentido del olfato.

«En ambos libros hago un viaje a nuestra infancia, a nuestra juventud, recuperando aquellas sensaciones que tuvimos y relacionándolas con las marcas comerciales que nos rodeaban», según explica el autor en una entrevista en vídeo concedida a MarketingDirecto.com.

Respecto a su edición «Los sabores de la memoria», Ruiz-Goseascoechea menciona las comidas tradicionales, las marcas de alimentación y bebidas, así como a la historia moderna de la gastronomía en España. Mientras que en «¿A qué huelen los recuerdos?» (2020) presenta los olores que percibimos desde que nacemos y durante nuestra vida, mencionando aquellas marcas y artículos que realmente han conseguido conectar con los consumidores por medio del olfato y los recuerdos que han creado estos aromas.

«Mi generación olía más porque había más olores y eran más profundos y mucho más fuertes que los que hay ahora», explica.

Sin duda, este libro es fundamental para aquellos profesionales que se dedican al marketing sensorial, ya que aporta algunas ideas sobre los olores de antaño y que tantas veces se intentan recrear por medio de estrategias de marketing, además de información sobre grandes marcas.

Entre las conclusiones más llamativas del escritor, destaca el hecho de que las marcas de hoy no dejan esa huella imborrable en el consumidor.

«Estamos viviendo un proceso de desodorización de la sociedad desde hace mucho tiempo. Empezó ya en la revolución francesa cuando el olor se asociaba a pobreza y enfermedades. Hasta entonces, solo la Iglesia católica luchaba contra los olores con el incienso» explica. «Hoy en día, asociamos olor con mal olor».

A pesar de que es un proceso que va a contracorriente, el escritor aclara que para construir el futuro hay que analizar el presente tal como es. Justamente en este punto, cree que «la memoria de nuestros sentidos y nuestros recuerdos van a ser una herramienta muy importante».

Conscientes de ello, las marcas e instituciones están intentando mejorar en este aspecto. Por ejemplo, dentro del marketing olfativo aplicado a centros médicos. «Uno de los olores más desagradables era el de los hospitales, ahora ya no», asegura. Respecto a las marcas, el escritor menciona a New Balance, que abrió en China una tienda que huele a una zapatería de los años 50.

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