A principios de los 2000, los odontólogos eran una de las profesiones con mejor porvenir, la sociedad española ya no solo acudía al dentista por si tenía caries o alguna otra enfermedad bucal, empezaba a preocuparse por el aspecto de sus dientes. Los brackets comenzaron a hacerse normales, pasaron de ser algo al alcance de los más ricos a ser un tratamiento usado por muchos.
En los adolescentes era donde más proliferaban estos aparatos dentales, en cualquier instituto era normal ver a decenas de jóvenes con ellos. Los odontólogos comenzaron a ser profesionales que vivían muy bien, ganaban mucho dinero, y como es normal, muchos se metieron corriendo en la carrera universitaria de odontología, todos querían formar parte de ese buen porvenir.
Todos esos jóvenes que se metieron en la carrera se fueron graduando, y año tras año se han ido multiplicando hasta convertir a España en uno de los países con más dentistas y odontólogos hay por el número de ciudadanos del país. Esto se ha traducido en mucha más competencia, e incluso nuevas formas de afrontar el negocio, como las cadenas de clínicas low-cost. Que a pesar del gran número de estafas que han cometido muchas, siguen siendo una buena opción para todos aquellos que su economía no pasa por el mejor momento.
Tanta competencia ha provocado que las clínicas hayan tenido que mejorar en sus estrategias de marketing y publicidad para conseguir atraer y mantener a sus clientes. Un ejemplo son los dentistas en Tetuán, este barrio de Madrid donde hay muchas clínicas, provoca que se utilicen estrategias como la primera consulta es gratuita, descuentos por traer familiares o amigos, packs de tratamientos, como por ejemplo ortodoncia más blanqueamiento posterior, etc.
Pero esto mismo sucede con los dentistas en Madrid Centro, con las clínicas dentales en Zaragoza o con los dentistas en Getafe. Es un problema extendido en todos los grandes núcleos poblacionales de España. Desde el Consejo General de Dentistas se quiere controlar el número de graduados al año, para poder manejar un número correcto de profesionales y evitar así el paro y la excesiva competencia.