¿Sabías que el aroma a café del Starbucks o el olor a palomitas de los Parques de Disney son poderosas armas de marketing que estas compañías utilizan con inteligencia? El marketing olfativo es la aplicación de aromas específicos en los espacios de contacto entre marcas y clientes, o incluso en las oficinas de una compañía, con el fin de suscitar sensaciones y emociones positivas que se asocien a la marca.
El marketing olfativo se enmarca dentro del marketing sensorial, que tiene una ventaja sobre otras técnicas más tradicionales: no requiere en el cliente la comprensión de símbolos o la realización de otros procesos mentales lógicos. Activa directamente una experiencia sensorial que despierta por sí misma sensaciones y emociones que el cliente asocia a la marca.
El olfato, el sentido evocador por excelencia
El estudio de los efectos de los olores en el comportamiento, los sentimientos y las emociones humanas recibe el nombre de Aromacología. Íntimamente relacionado a lo largo de la historia con la aromaterapía, en las últimas décadas se ha beneficiado de los avances científicos a la hora de medir las reacciones fisiológicas humanas para establecer de forma empírica la influencia de los olores en las ondas cerebrales, la presión arterial, el ritmo cardiaco o la constricción de los vasos sanguíneos periféricos. Indicadores físicos que nos permiten a su vez detectar sensaciones como la relajación o el placer.
Así mismo, también se ha podido comprobar la íntima relación que existe entre el olfato y la memoria y el gran poder evocador del olfato a la hora de disparar recuerdos. La empresa especializada en marketing olfativo Mood:media asegura que el 75% de las emociones son generadas por el olor, y que es 100 veces más probable que recordemos algo que olemos que algo que experimentamos por cualquiera de los otros sentidos. También que el estado de ánimo mejora tras la exposición a olores agradables.
¿Cómo aplico esto en mi marketing?
En España existen empresas especializadas en marketing olfativo que crean olores con los que las marcas captan clientes o mejoran el espacio de trabajo de sus empleados.
Uno de estos ejemplos es Ambisient, creada en Ibiza hace 17 años y que desarrolla sus propios aromas a través de su departamento de I+D+i. Según datos de esta compañía, las marcas que tienen un aroma propio y lo utilizan en su marketing consiguen aumentar el impulso de venta de sus consumidores un 18%, alcanzado incrementos de ventas de hasta el 70%.
La compañía aconseja que cada marca tenga un olor específico y adecuado. Al percibir este olor, los clientes asociarán la sensación placentera a la marca, se sentirán más a gusto en sus establecimientos, habrá más posibilidades de que vuelvan a ellos y aumentará las posibilidades de que compren. Y, lo que es más importante, dejará un recuerdo positivo en la memoria de larga duración que generará un vínculo de confianza entre clientes y marca.
Ambiseint también usa el marketing sensorial para mejorar el ambiente laboral, purificando e higienizando los espacios de trabajo lo que, según la compañía, contribuye directamente en la mejora de la productividad hasta un 14% y reduce los errores en un 21%.
Ejemplos de marcas que huelen bien
En un artículo publicado en su blog, la empresa de marketing olfativo Aromas Fenpal señalaba cinco marcas que han destacado por saber usar los aromas para crear una nueva experiencia en sus clientes y, por lo tanto, un vínculo con ellos.
- Starbucks aromatiza sus locales con el olor del café recién hecho, que suele percibirse fuera del reciento para atraer a los clientes que pasan por el exterior.
- Cadillac utiliza una fragancia exclusiva llamada Nuance en sus asientos, que quiere transmitir al cliente sensación de lujo, calidad y exclusividad.
- Disney aromatiza los recintos de los parques temáticos con olor a palomitas, lo que no solo aumenta las ventas de aperitivos sino que produce un recuerdo duradero entre los asistentes.
- Dunkin Donuts realizó en Corea una novedosa acción de marketing consistente en difundir aroma del café en los autobuses a la vez sonaba el anuncio de la marca por megafonía, lo que incrementó las ventas de la compañía.
- Y la marca de calzando infantil Bubble Gummers ha conseguido que haya clientes que no recuerdan su nombre pero piden en las zapaterías “esos zapatos que huelen a chicle”, debido a que sus suelas despiden el olor de esa golosina.