El punto de venta se enfrenta a muchos desafíos. Entre ellos, el de disminuir el uso de plásticos. A pesar de que este material ha contribuido al desarrollo de sectores como el industrial, el sanitario y el alimentario, eliminarlo sería un gran paso hacia la concienciación sobre lo costoso e insostenible que es su proceso de reciclaje, así como lo perjudicial que es para el medioambiente y la sostenibilidad. Esta última, incluso, es una de las tendencias del consumidor que marcará la demanda de 2019.
En cuanto a los puntos de venta, los supermercados son unos de los principales focos en la reconversión hacia minimizar el uso de plásticos. No obstante, muchos establecimientos ya ofrecen alternativas ecológicas a las clásicas bolsas de la compra, como son la fibra natural, los textiles, el papel o los polímeros biodegradables. Por ejemplo, la cadena de supermercados Mercadona ha anunciado que quitará las bolsas de plástico de su lineal de cajas.
Sin lugar a dudas, los pequeños avances por parte de las cadenas de supermercados son un paso muy importante para la lucha contra el plástico. Sin embargo, las bolsas son una pequeña parte de la presencia total de este tipo de material. El punto de venta está minado de envases, embolsados unitarios, packagings y materiales de promoción.
Por ello, la sostenibilidad es un objetivo por el que todos los agentes de la sociedad deben luchar. A parte de trabajar en educación y concienciación, los supermercados deben incluir alternativas accesibles y sostenibles a sus clientes.