A pesar de que muchas veces nuestra sensación como usuarios es que los influencers son todos iguales, quienes se dedican profesionalmente al marketing saben que los famosos con cierta influencia sobre el público cuentan con una clasificación propia, a conocerse.
De hecho, es posible organizar a los influencers en redes sociales según sus características, y sobre todo según su número de seguidores, en distintos escalafones. Los siguientes:
- Nano-influencers: tienen entre 2.000 y 5.000 seguidores, están por sobre la media, aunque apenas influyen y por eso están dispuestos a tratos y colaboraciones gratuitas.
- Micro-influencers: tienen entre 5.000 y 100.000 seguidores, pero se especializan en una temática, y por eso las valoraciones de sus opiniones tienden a ser muy positivas.
- Macro-influencers: tienen entre 100.000 y 500.000 seguidores, y están posicionados en nichos muy específicos, al punto de que logran ganarse la vida con lo que generan.
- Fama-influencers: tienen entre 500.000 y un millón de seguidores y han trascendido completamente las redes sociales, por lo que son conocidos aún fuera de ese ámbito.
- Mega-influencers: tienen más de un millón de seguidores y su exposición es total. Cualquier publicación que hacen es viral, incluso fuera de sus mercados de origen.
¿Y cómo saber con cuál quedarse?
Por definir el tipo de influencer ante el que estamos es sólo la mitad del trabajo. Como un alto número de seguidores no garantiza un buen engagement, hay que hacer estudios de campo para encontrar cuál es el influencer perfecto para nuestro objetivo.
Eso dependerá del producto o servicio que estemos ofreciendo, de la composición de sus seguidores, de la clase de contenidos que sube y qué tan orgánica sería la colaboración, entre otras cuestiones que estaremos obligados a analizar para que el acuerdo resulte.