Indonesia prohíbe la venta de productos en redes sociales

Indonesia prohíbe la venta de productos en redes sociales

Indonesia ha prohibido las compras de productos en las redes sociales. «Esta normativa está en vigor desde ayer», anunció el miércoles el ministro indonesio de Comercio, Zulkifli Hasan, precisando que plataformas como TikTok, Instagram o Facebook tienen una semana para someterse a ella.

En virtud de este nuevo texto, las plataformas ya no podrán ofrecer la posibilidad de efectuar transacciones directas, sino que deberán contentarse con publicitar productos.

La reglamentación, que es una enmienda a un conjunto de textos sobre el comercio adoptados en 2020, no necesitaba la aprobación del Parlamento para entrar en vigor.

En las últimas semanas, los funcionarios indonesios han pedido que se separen las redes sociales y el comercio electrónico, señalando que las grandes plataformas como TikTok —muy utilizada en Indonesia— amenazan a las pequeñas empresas locales.

«Cualquier gobierno protegería su comercio local», dijo el ministro, indicando que esta regulación fue adoptada para garantizar «la igualdad en la competencia comercial». Interrogadas por AFP el miércoles, ni ByteDance, empresa matriz de TikTok ni su rama de Indonesia han reaccionado por el momento. Meta, propietaria de Facebook e Instagram, tampoco se ha pronunciado ante la normativa.

El lunes, tras el anuncio de este nuevo marco regulador por el presidente indonesio Joko Widodo, una portavoz de TikTok Indonesia estimó que la prohibición de estas transacciones perjudicaría a más de 6 millones de vendedores locales que venden sus productos a través de la plataforma.

Según los expertos, si bien las modalidades de aplicación de la nueva normativa aún no están claras, es posible que las plataformas de redes sociales necesiten una licencia separada para explotar su negocio de comercio electrónico.

En el mercado histórico de Tanah Abang, en el corazón de Yakarta, el mayor mercado textil de Asia sudoriental, las nuevas medidas fueron acogidas con satisfacción. «El gobierno tenía que innovar para hacer frente a esta situación», destacó Stevanie Ahua, una vendedora de vaqueros de 60 años.

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