Hace unos meses decíamos que los influencers virtuales habían conquistado el mundo real, y ahora estamos en condiciones de afirmar que sí, que efectivamente los influencers que nos intentarán mostrar productos y servicios ni siquiera serán reales, de carne y hueso.
Probablemente el caso más evidente de lo que mencionamos sea el de Lil Miquela, la influencer californiana, modelo de profesión, que tiene millones de seguidores dentro de la red social Instagram, y que podría ser como cualquier otra a excepción de un detalle. Claro, ella no existe realmente, sino que se trata de un personaje virtual o Vtuber.
De hecho, éste es un concepto al que parece que vamos a tener que acostumbrarnos, siguiendo la estela de otros como youtuber, streamer, tiktoker o influencer. Recordemos que Lil Miquela tiene contratos con firmas como Calvin Klein o Prada.
Los Vtubers hacen, y hacen de todo
Una de las principales ventajas de los Vtubers es que, a diferencia de los humanos, éstos no tienen problemas en desarrollar nuevos talentos y habilidades, y volvemos al ejemplo de Lil Miquela, con millones de reproducciones de sus temas musicales propios.
Después aparecen otros como Bermuda o Blawko, que no son más que la evolución última de un fenómeno que surgió en Japón cerca de una década atrás, con Ami Yamato. Se le considera la primera Vtuber, con diversos contenidos subidos desde el 2011.
Entonces, las marcas ni siquiera evaluaban los retos del marketing en la era del Metaverso. Pero ahora tienen que estar al tanto de estas tendencias que parecen llegar para quedarse.
Y contratarlos es mucho más barato
Por otro lado, tampoco podemos prescindir del tema de los costos, siempre clave a la hora de contratar influencers, y que se reducen notablemente si se opta por un Vtuber.
¿Crees que estos personajes virtuales puedan reemplazar a los influencers humanos?