Con el paso de los años hemos visto cómo algunas startups iban recurriendo a alternativas a sus fuentes de financiación tradicional, encabezadas por el capital riesgo o los préstamos. Ahora bien, Silvr, una startup francesa que busca prestar dinero a otras startups, se presenta como la solución perfecta para apoyar a aquellas ideas innovadoras que son más arriesgadas y que los bancos tradicionales no estarían dispuestos a financiar.
Para ello, la firma se ampara en el uso de múltiples fuentes de datos de esas empresas emergentes para tomar decisiones sobre si prestar o no, y cuánto. Y siempre sin entrar en su accionariado, algo percibido como un riesgo para los fundadores, temerosos de ser diluidos para afrontar ciertas operaciones.
La solución a las empresas demasiado arriesgadas para la financiación bancaria
Silvr, quien acaba de lograr una ronda de financiación de 18 millones de euros y ha abierto una línea de crédito de 112 millones de euros, tiene el fin de ayudar a empresas de ecommerce y SaaS a lo largo de la Unión Europea, sobre todo con startups que no tienen activos que respalden el crédito concedido, lo cual las hace menos atractivas para la banca tradicional.
En el caso de una startup que quiera obtener cierto crédito, primeramente debe conceder permitir que Silvr acceda a varios datos sensibles internos, como la cuenta bancaria corporativa, su panel de Google Analytics en el que ver el tráfico detallado de su web o sus aplicaciones, pasarelas de pagos online como Stripe o el panel de Shopify, si procede, entre otras fuentes.
Una vez que Silvr analiza todos estos datos a través del screen scraping (reconocimiento de texto y datos en pantalla de forma artificial), extrae un nivel de puntuación elaborado mediante su propio algoritmo, algo similar al scoring crediticio tan habitual en Estados Unidos, pero aplicado a empresas.
La puntuación obtenida representa los ingresos futuros que predice para esa empresa en función de su facturación hasta la fecha. Una vez consigue el crédito, la startup francesa puede optar por devolverlo mediante las cuotas tradicionales o comprometiendo un porcentaje de los ingresos futuros.
Este modelo se centra especialmente en la devolución de capital mediante un porcentaje de la facturación. A parte de Slvr existe una gran variedad de startups que trabajan de la misma manera, como Karmen, una startup que juega con su propio algoritmo de puntuación obtenido de los datos a los que la empresa concede acceso. A cambio, cobra una comisión previamente fijada, pero también en función del riesgo de cada operación y del plazo de devolución. Otra compañía similar, pero británica, es Uncapped.
Todas ellas prometen no diluir a los fundadores, como el capital riesgo, así como no exigirles hacer frente a las deudas a nivel personal, como los préstamos tradicionales. Más bien, se presentan como una solución rápida y confiable para los nuevos proyectos, ofreciendo un préstamo entre 24 y 72 horas en comparación con las semanas o directamente un semestre que puede alargarse el proceso en otras fuentes de financiación tradicionales para una startup.