El mundo de los influencers ha sido revolucionado en los últimos años, y es que cada vez son más personas las que se convierten en verdaderas celebridades en las redes sociales gracias a sus miles de seguidores y a su capacidad de influir en las opiniones y decisiones de sus seguidores. Sin embargo, esta creciente popularidad también ha suscitado preocupación por parte del Gobierno, que ha decidido poner cartas sobre el asunto y aplicar una estricta regulación a los influencers.
La nueva regulación se ha dado a conocer a través de un comunicado emitido por el Ministerio de Consumo, en el que se explican las medidas que se aplicarán a estos personajes digitales. La primera de ellas es la obligación de que todos los influencers se registren en un censo nacional, en el que se recogerán sus datos personales y el número de seguidores que tienen en cada una de sus redes sociales.
Según ha informado el Ministerio, esta medida tiene como objetivo tener un control más riguroso sobre las actividades de los influencers, y así poder garantizar que cumplen con las normativas y regulaciones vigentes. Además, también se establece que aquellos influencers que obtengan alguna ganancia económica a través de sus publicaciones deberán declarar sus ingresos y pagar los correspondientes impuestos.
Otra de las medidas que ha generado más polémica es la prohibición de promocionar productos sin haber probado previamente su eficacia o seguridad. Esta regulación surge a raíz de las denuncias de personas que han sufrido efectos negativos al utilizar productos que los influencers promocionaban, y que no habían sido sometidos a los controles necesarios.
Además, se establece un límite máximo de contenido patrocinado por parte de los influencers, de manera que no puedan superar el 50% de su contenido total. Esta medida busca evitar la sobrecarga de publicidad en las redes sociales y garantizar que los seguidores puedan distinguir claramente cuándo se trata de contenido promocionado y cuándo no.
Las sanciones para aquellos influencers que incumplan estas regulaciones también han sido detalladas en el comunicado. Estas van desde multas económicas hasta la retirada del registro en el censo nacional, lo que supondría la imposibilidad de seguir desarrollando su actividad como influencer.
Esta nueva regulación ha generado reacciones encontradas entre los propios influencers, algunos de los cuales la ven como un ataque a su libertad de expresión y una limitación a su forma de trabajar. Sin embargo, otros lo ven como una medida necesaria para garantizar la seguridad y veracidad en las redes sociales.
Por su parte, en Europa esta regulación ha sido bien recibida, y es que países como Alemania y Reino Unido ya cuentan con medidas similares. España se une así a la lista de países preocupados por las actividades de los influencers y su impacto en la sociedad.
Pero esta regulación no solo afecta a los influencers, sino que también implica cambios para las marcas que trabajan con ellos. A partir de ahora, deberán asegurarse de que los influencers con los que colaboran cumplen con todas las normativas y mantener un control más riguroso sobre las publicaciones que promocionan.
Además, todo esto también plantea un nuevo reto para las plataformas de redes sociales, que serán las encargadas de hacer cumplir la nueva regulación. Para ello, se prevé la contratación de más personal para llevar a cabo las inspecciones y controlar el cumplimiento de las medidas.
En definitiva, el Gobierno ha tomado cartas en el asunto y ha decidido regular el mundo de los influencers. Si bien esta decisión ha generado controversia, lo cierto es que busca garantizar la transparencia y seguridad en el mundo digital y proteger a los consumidores que siguen a estos personajes. Habrá que esperar para ver cómo se lleva a cabo la aplicación de estas nuevas medidas y si realmente son efectivas en la regulación de los influencers.
