Las bombas neumáticas fueron inventadas en 1955 por Jim Wilden, con el objetivo de ser utilizadas en una variedad de tareas prácticas de manipulación y transferencia de líquidos. Las bombas neumáticas de agua, llamadas AODD nombre en inglés, han cambiado durante décadas para adaptarse a las necesidades de la industria.
Desde entonces, el sistema de las bombas neumáticas es básicamente el mismo, pero con numerosas innovaciones y mejoras en la distribución del aire de bombeo, el índice de consumo de aire en relación con el caudal real del producto y cuánto aire se puede gastar durante el ciclo de bombeo.
En la actualidad, existen diferentes bombas neumáticas según las necesidades de cada cliente. Para el bombeo de fluidos, merece atención especial la bomba neumática de doble membrana, cuyas características y versatilidad la colocan entre las más utilizadas.
Una gran ventaja, es el sistema de estas bombas que las hace muy fiables para la industria. Además, existe una gama desde un cuarto de pulgada hasta las cuatro pulgadas, para caudales de unos pocos litros por hora hasta 60 m3/h.
Ente otras cualidades, destacan que no poseen cierres mecánicos ni empaquetaduras, principales causas de rotura de los equipos de bombeo en condiciones severas o por trabajo en seco y son autocebantes, por lo que no es necesario llenar la columna de aspiración de líquido para que funcionen.
Por otro lado, el mantenimiento es sencillo y rápido y con componentes fáciles de sustituir. También, mantienen una succión de hasta 9 metros, soportan condiciones extremas sin dañarse, funcionan totalmente sumergidas y dejan pasar sólidos de hasta 35 mm de tamaño. Todo ello, cumpliendo con la mayoría de requisitos de flujo y con muy poco mantenimiento.
Son de bajo coste y muy versátiles. Se pueden encontrar bombas tanto para dispensadores de bebidas en restaurantes de comida rápida y el cine, como tintómetros en la industria cerámica o máquinas de limpieza por disolvente en cualquier taller.